Según un nuevo estudio de investigadores de la Institución de Oceanografía Scripps de la Universidad de California, en San Diego, la Luna probablemente esté seca en su interior (lo que da fuerza a la teoría de que nuestro satélite se creó fruto de algún tipo de evento de impacto cataclísmico.
El estudio se publica este lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences.
¿Cómo lo sabemos?
El agua de la Luna se habría evaporado porque en el principio de su historia estaba muy caliente, como si fuera un océano de magma. Y para concluir esto, el estudo ha analizado fragmentos de la "Rusty Rock", una roca recogida de la superficie de la luna durante la misión Apollo 16 en 1972.
Según explica el principal autor del estudio, James Day, geoquímico de Scripps: "Es la única piedra de la luna que volvió con lo que parecía ser óxido en sus superficies externas" ¿Oxido en un entorno seco? ¿Cómo es posible?
Según Day, el óxido detectado está repleto de isótopos más ligeros de zinc, lo que significa que es probablemente el producto de la condensación de zinc en la superficie de la luna después de evaporarse durante estos inicios tan ardientes:
El zinc es un elemento volátil, por lo que se comporta un poco como el agua en condiciones de formación lunar. Es algo así como las nubes que se forman desde el océano, las nubes son ricas en isótopos ligeros de oxígeno y el océano es rico en isótopos pesados de oxígeno. Igualmente, el interior de la luna debe ser enriquecido en isótopos pesados y se ha agotado en isótopos ligeros y elementos volátiles, lo que significa que es seco, así lo informa el portal web Xataka Ciencia.