La Paz, 22 feb (EFE).- Una pintura en la que aparece en tanga una virgen muy venerada en Bolivia, patrona del folclore, generó la indignación de distintos colectivos que confirmaron hoy que irán a los tribunales y por otro lado el apoyo de defensores de la libertad de expresión en el arte.
La joven artista plástica boliviana Rilda Paco pintó una silueta de una virgen sin rostro con tanga roja, pantaletas o medias oscuras y su abdomen visto, en una interpretación de la Virgen del Socavón de Oruro (oeste).
Delante de la imagen y de espaldas aparecen algunos personajes del carnaval asociados a danzas típicas de esta celebración en Bolivia, como el diablo, el moreno y el pepino, una especie de arlequín, que sostienen botellas de licor.
"Hemos determinado que se trata de una afrenta al pueblo orureño y a la religiosidad popular", dijo a Efe el secretario municipal de Cultura de Oruro, Germán Navía.
La virgen es muy venerada no solo en esta ciudad del altiplano andino, ya que en carnaval acuden miles fieles de toda Bolivia y está declarada Patrona del Folclore Nacional.
Los miles de participantes en el desfile de Carnaval, uno de los más multitudinarios de Suramérica y reconocido como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, terminan el recorrido de rodillas ante su imagen en un santuario.
Navía explicó que tras una reunión entre entidades que organizan el Carnaval de Oruro se decidió iniciar un "proceso judicial" contra la autora de la pintura.
Estas entidades son el Gobierno Municipal, la Gobernación, la Asociación de Conjuntos Folclóricos y el Comité de Etnografía y Folclore de Oruro, además de una comisión de la Iglesia Católica boliviana.
La autora de la imagen explicó a los medios que existe una asociación entre la virgen que aparece en su obra y las mujeres, y que los hombres que participan del carnaval ven a ambas como un objeto.
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La argumentación de Paco fue rechazada por Navía, quien consideró que la artista "tiene un concepto superficial" del carnaval y la religiosidad popular que encarna en Oruro, por sus críticas a lo que considera el excesivo consumo de alcohol y la supuesta falta de convicción religiosa de los danzantes.