Este miércoles en el Tribunal de Cartago inició el juicio contra un hombre de apellido Díaz, quien es el principal imputado en la causa 15-123-988-PE, por el asesinato atroz de una familia de nacionalidad nicaragüense en Copey de Dota – Costa Rica.
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La Fiscal Karen Mora, representante del Ministerio Público, leyó la acusación contra un sujeto de apellidos Sevilla Bonilla y de nacionalidad nicaragüense, quien se hacía llamar Jairo Díaz Aragón en el país.
El hombre está acusado de matar en mayo de 2015 a una familia completa integrada por Ramón Suárez Espinoza, su esposa María Miranda Salmerón y sus hijos Abraham y Elena María, de 11 y 9 años respectivamente, todos de origen nicaragüense.
Esta familia vivía en el Congo en Copey de Dota.
La fiscal señaló que el hombre habría asesinado a una niña y a su mamá en Nicaragua en el 2003, por lo huyó a Costa Rica, adonde ingresó de forma ilegal y en donde cometió otros crímenes.
Según la acusación, en julio del 2012, el hombre, quien trabajaba en una chanchera en Cajón de Pérez Zeledón, vio a una niña de apellido Borbón de 8 años, a quien violó y mató.
Tras estos actos, le contó a su pareja de apellido Muñoz y le dijo que si decía algo la mataría, y le indicó que debían irse del lugar.
Ambos se fueron ese año a Ciudad Cortés. A principios de 2013 se trasladaron a una finca en Copey de Dota.
En ese mismo año, la hermana de Muñoz se fue a vivir con ellos, poco después Muñoz la sorprendió teniendo relaciones sexuales con su pareja, y al reclamarle al hombre, este la amenazó.
En el 2013, Aragón se fue de esa casa con la hermana de su pareja a una cabaña en Dota y la mató a golpes con un martillo y la enterró en la montaña. Este crimen se lo confesó a su pareja al regresar a la casa que ambos compartían.
A inicios de 2015, ambos se fueron a vivir a la finca de Arnoldo Mata, en Santa María de Dota.
El 26 de mayo de 2015, un hombre de apellido Suárez viajó a San José para visitar a su sobrina, dejando en Santa María de Dota a su esposa y dos hijos pequeños.
El 27 de mayo de 2015, Díaz visitó a la esposa e hijos de Suárez e incluso le prestó su teléfono a la niña para que hablara con su papá. Ante esto Suárez decidió regresar a su casa y no quedarse a dormir donde su sobrina.
Al día siguiente, Aragón dijo a su pareja que iría a la casa de Suárez a matar a la familia, y que si ella decía algo la mataría también.
Tomó un machete y se marchó a la vivienda de Suárez. Al llegar a la casa procedió a matarlos uno por uno, señaló La Prensa Libre.
Aragón tomó a la niña de nueve años y la ató con las manos hacia atrás, le introdujo trapos en la boca y la acostó en la única cama que había.
Allí la desvistió y le introdujo el pene en la vagina y el ano, y eyaculó varias veces sobre la niña, mientras sus padres vieron todo y pedían que no le hicieran daño.
Tras abusar de la menor, tomó un arma punzocortante y la cortó desde el cuello hasta la vagina dejando expuestas sus vísceras, y dejándola así en la cama.
“Como en una especie de ritual decidió tomar sangre de la menor frente a su compañera”, dijo.
Aragón se acompañó de dos hombres y su pareja, por lo que pidió a los hombres no identificados que sacaran al niño a quien apuñaló hasta matarlo.
Luego procedió a matar a los padres en un río cercano a la vivienda, sin embargo, los tres hombres penetraron a la mujer antes de matarla.
