Inicia demolición de «La universidad del crimen», cárcel más grande de Honduras

¿Un megaparque para recreación, un centro de salud, una escuela técnica para jóvenes o áreas especiales para el impulso de Micro Pequeñas o Medianas Empresas (Mipymes)?, al final la sociedad de San Pedro Sula, determinará el proyecto que se va a levantar donde por 60 años operó la segunda cárcel más grande de Honduras.

 

El cierre de la penitenciaría, también conocida como "La universidad del crimen", se efectuó en un acto público, con participación de las autoridades gubernamentales, del Instituto Nacional Penitenciario (INP), en presencia de los vecinos del lugar, comerciantes y otros sectores de la sociedad sampedrana.

Posteriormente, la demolición del vetusto edificio fue encabezada por el Presidente Juan Orlando Hernández. Ahora el anuncio de las autoridades municipales y del gobierno central sobre que serán los sampedranos los que decidan qué proyecto se construirá en ese predio, mantiene a la población optimista y contenta.

En más de 6 décadas, los vecinos del presidio vivieron un infierno y el temor en ellos persistía, tomando en cuenta que gran parte de los privados de libertad hacían de las suyas y ni siquiera a las autoridades penitenciarias respetaban.

Lo que parecía imposible se volvió realidad con el cierre. Sus viejas paredes no serán nunca más testigos del desorden y la corrupción que ahí reinaba.

El sector empresarial, la academia y el resto de la sociedad hondureña lo toman como una gran victoria para Honduras y una sabia y valiente decisión del Presidente Juan Orlando Hernández.

San Pedro Sula agradece el cierre del Centro Penal. Hoy marcamos una nueva era y decimos juntos: San Pedro Sula va cambiando”, manifestó el alcalde sampedrano, Armando Calidonio.

Esta ciudad ya no tiene una bomba de tiempo. Injustamente la ciudad fue calificada como la más violenta del mundo, ahuyentando el turismo, la inversión y miles de empleos, señaló en su sitio wen La Tribuna.

Con el traslado de líderes de maras y pandillas se redujo la extorsión en un 80 por ciento y se disminuyó la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, logrando así el reconocimiento internacional en la lucha contra la delincuencia común y organizada.