Dos hombres resultaron heridos de bala y una joven voluntaria fue violada cuando un grupo armado asaltó una caravana de una organización católica que llevaba ayuda para los damnificados del sismo del 7 de septiembre en el sureño estado mexicano de Oaxaca, informó la Iglesia.
La Arquidiócesis Primada de México denunció este miércoles que la caravana, integrada por jóvenes de una organización católica, fue atacada en Oaxaca por 26 hombres armados.
“Además de balearlos y robarles el contenido de los vehículos, violaron a una de las jóvenes, les quitaron sus teléfonos celulares y alrededor de 40.000 pesos (unos 2.200 dólares)", señaló la Arquidiócesis en un comunicado.
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Dos de los jóvenes voluntarios están hospitalizados: uno por herida de bala que le perforó algunas arterias y otro fue golpeado de manera brutal.
La Arquidiócesis señaló que presentó una denuncia ante la fiscalía de Oaxaca y que ya ha alertado a otras caravanas sobre la situación de inseguridad.
La ayuda tenía como destino la ciudad de Juchitán, una de las más afectadas por el sismo de 8,2 grados, el más poderoso registrado en México en un siglo, que dejó 96 muertos en Oaxaca y Chiapas.
El 19 de septiembre, otro sismo de 7,1 grados sacudió al centro del país y dejó al menos 338 muertos, la mayoría en Ciudad de México.
En contexto
"A la escuela se va a estudiar y no a putear": Alumnos violan a chica y los profesores los protegen
Este 25 de septiembre, medios locales de México reportaron que una adolescente de 14 años de edad fue violada por tres de sus compañeros de la telesecundaria "Jaime Torres Bodet", ubicada en el municipio de Tlatlauquitepec, en el estado de Puebla.
Los hechos ocurrieron meses antes, el pasado 3 de mayo, cuando la institución educativa organizaba un festival para conmemorar el Día de la Madre. La estudiante, quien se encontraba en un salón de clases, fue asaltada por tres alumnos que la lanzaron bruscamente sobre una banca y dejaron inconsciente.
Cuando volvió en sí, dijo la menor, se percató de que uno de sus captores le sujetaba las manos, otro más le quitaba la ropa y el tercero documentaba la agresión sexual con su dispositivo móvil. Fuera del aula, algunos compañeros que no pudieron entrar para impedir la violación, corrieron a buscar a sus profesores.
Según medios locales, cuando la encargada del grupo de estudiantes llegó al salón, el abuso ya se había consumado. Lejos de ayudar a la estudiante, tanto los presuntos violadores como los maestros amenazaron a la agredida y la acusaron de haber provocado el hecho.
Transcurrió un mes antes de que la estudiante se decidiera a informar a sus padres que había sido abusada sexualmente por sus compañeros. La madre, indignada por la reacción del equipo docente, interpuso una denunciaante la Secretaría de Educación Pública (SEP) de México, en la que detalló que a su hija le dijeron "que era su culpa, porque a la escuela se va a estudiar, no a putear".