Human Rights Watch (organización no gubernamental dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos) alertó hoy que Brasil puede enfrentar un nuevo brote del virus del Zika si las condiciones de saneamiento básico y suministro de agua no son revisadas y mejoradas, particularmente en regiones como el Noreste.
En un informe divulgado este jueves, la organización no gubernamental (ONG) indicó que el Gobierno brasileño adopta "políticas negligentes" para prevenir el virus, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, el mismo transmisor del dengue y la chikunguya.
El informe 'Despreciadas y desprotegidas: El impacto del brote del virus del Zika en mujeres y niñas del Nordeste de Brasil" mostró vacíos de las acciones del Gobierno para combatir la propagación del virus.
Estudios comprobaron que el zika pone en riesgo a las mujeres embarazadas, pues con su llegada al país el virus multiplicó en ocho veces los casos de microcefalia.
Oficialmente, Brasil declaró en mayo de este año el fin del estado de "emergencia nacional" por causa del zika, pero los investigadores de Human Rights Watch apuntaron que los riesgos aún existen, principalmente en regiones áridas y pobres, que se tornan a su vez en más vulnerables, como el Nordeste.
"El fin de la emergencia puede ser visto como una victoria, pero los riesgos significativos permanecen, así como los asuntos de derechos humanos consecuentes", señaló Amanda Klasing, investigadora de Derechos de la Mujer de HRW Brasil.
La falta de inversión en infraestructura de saneamiento y suministro de agua, que afecta a un tercio de la población brasileña, propicia condiciones precarias en las que la proliferación del mosquito aumenta.
Desde 2015, cuando se detectó la presencia del zika en Brasil, más de 2.600 niños nacieron con microcefalia y otros problemas neurológicos causados por la enfermedad transmitida por la madre en su gestación.
A pesar de la caída del número de casos en 2017, Human Rights Watch indicó que en Pernambuco y Paraiba, los dos estados más afectados, las mujeres y la población en general no tienen suficiente información sobre la enfermedad, especialmente en los controles prenatales.