Varios jóvenes que protagonizan hoy un motín en un correccional para menores de Ciudad de Guatemala han denunciado las condiciones infrahumanas en las que viven y han pedido además cumplir una serie de peticiones para poner fin a esta rebelión.
Dos de los adolescentes que intentaron huir del Centro Las Gaviotas y que fueron capturados de nuevo por los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) minutos después denunciaron a los medios de comunicación que sufren maltratos.
Sentados sobre la acera y apostados sobre una pared azul relataron que los monitores (agentes) del centro les pegan, que les dan comida sucia y que los tienen encerrados la mayor parte del tiempo, cinco de los siete días a la semana. Supuestamente solo les dejan libre el martes "un ratito" y el sábado que tienen visita.
"Entre veces sí nos pegan. A un menor no se le pega", explicó uno de ellos, que se identificó como Elver Daniel, y agregó que la intención no era fugarse, sino hablar para mejorar estas condiciones: "Estamos aquí encerrados, pero nos tratan como animales".
El joven, que está interno en el Centro Las Gaviotas desde hace más o menos un año por el delito de extorsión, dijo que antes pertenecía a la Barrio 18 pero que ahora "es paisa" (no pertenece a ninguna pandilla) y comentó que todo empezó cuando los reclusos empezaron a hablar el domingo de las malas condiciones que sufren.
Su otro compañero agregó: "Nos empiezan a maltratar. Nos dan comida shuca (sucia). Toda amarga se siente".
Desde esta madrugada, cuando varios fiscales terminaron de procesar parte de la escena donde aparecieron dos jóvenes muertos en el interior del Centro Las Gaviotas, unos 300 adolescentes iniciaron un motín, empezaron a tirar palos y objetos a los policías, treparon por las paredes y algunos lograron escapar, aunque todavía se desconoce cuántos.
En estos momentos, la situación continúa fuera del control y otro grupo de reclusos, con un pequeño incendio detrás que supuestamente se originó tras la quema de unas colchonetas, gritó que además quieren que les quiten el uniforme, que no les corten el pelo y que les dejen tener visitas conyugales.
A las afueras del Centro para menores Las Gaviotas se aglutinan familiares que piden información sobre sus hijos y la situación es cada vez más tensa por el enfrentamiento que protagonizan ambos bandos.