La monja de la Iglesia católica Kosaka Kumiko, de origen japonés, declaró hoy por tercera vez ante la Fiscalía por su supuesta implicación en abusos sexuales contra menores de un instituto para sordomudos en la provincia argentina de Mendoza (oeste), donde se encuentra detenida desde mayo.
Según informaron a Efe fuentes jurídicas, en su comparecencia ante el fiscal Gustavo Stroppiana la religiosa solamente respondió preguntas de su abogado defensor, aunque no trascendieron más detalles.
Hace casi dos meses, la monja se entregó en Buenos Aires tras permanecer un mes prófuga y, ya detenida, fue trasladada a Mendoza, donde declaró ante el fiscal y negó los hechos por los que se le acusa, definidos como la "comisión por omisión del delito de abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante agravado".
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— yo. (@nimsi87) June 27, 2017
El caso mantiene detenidas a otras cinco personas, entre ellas dos sacerdotes, imputadas por varios casos de abuso sexual a menores de entre 10 y 12 años del Instituto Antonio Próvolo para niños hipoacúsicos, situado en la localidad mendocina de Luján de Cuyo.
Además de la japonesa -quien llegó al Próvolo en 2007 y permaneció allí varios años-, los detenidos son dos sacerdotes -el octogenario Nicolás Corradi y Horacio Corbacho, de 55 años- y tres empleados del instituto.
Hasta ahora varios han sido los antiguos alumnos del centro, que está cerrado desde diciembre pasado, cuando se destapó el escándalo, que han declarado haber sufrido abusos.
Con respecto a la acusación a la japonesa, una supuesta víctima señaló que la monja había sido quien le puso el pañal tras la violación que sufrió, presuntamente por parte de Corbacho, para ocultar que había sido violada, lo que la hace presunta cómplice del delito del abuso.
El abogado querellante Oscar Barrera señaló hoy que en el transcurso de la semana se presentará una nueva víctima que está mencionada en varias oportunidades en la causa por distintos exalumnos del Próvolo y que ya ha sido localizada.