El organismo estatal de Perú encargado de erradicar los cultivos ilícitos de coca erradicó 6.630 de las 20.500 hectáreas de cocales que se propusieron eliminar en este año 2017, según informó hoy a Efe el Proyecto Especial de Control y Reducción de Cultivos Ilegales en el Alto Huallaga (Corah).
El Corah, cuya misión es destruir las plantaciones ilegales de coca, materia prima de la cocaína, también ha destruido 64 "laboratorios" en los que la hoja de coca era convertida en pasta básica de cocaína y, en algunos casos, hasta en clorhidrato de cocaína.
También eliminó más de 2.500 metros cuadrados de almácigos de coca, lo que evitó la siembra de hasta 167 hectáreas nuevas de cocales ilegales y una deforestación de alrededor de 670 hectáreas de selva amazónica.
Los operativos de erradicación se realizaron hasta ahora alrededor de las ciudades de Pucallpa y Aguaytía, en la amazónica región de Ucayali, situada en el oriente del territorio peruano, y en Tingo María, ubicada en la vecina y céntrica región de Huánuco.
La mayoría de los cocales eliminados se encuentran en la localidad de Padre Abad, cercana a Aguaytía, donde se erradicaron 1.121 hectáreas desde comienzos del año, seguida de Aucayacu, en Tingo María, con 862 hectáreas.
En Padre Abad también se encontraron una decena de "laboratorios", mientras que en Honoria, cerca a Pucallpa, fueron destruidos otros nueve.
La superficie cocalera de Perú, considerado el segundo productor mundial de cocaína, es actualmente de al menos 55.000 hectáreas, según las últimas estimaciones de la gubernamental Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).
Alrededor del 70 % de la cocaína producida en Perú procede del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), la mayor cuenca cocalera de Perú por albergar cerca de la mitad de los cultivos ilícitos y servir de escondite de los remanentes del grupo armado Sendero Luminoso en la espesura de su selva montañosa y agreste.