El policía que disparó ayer contra sus dos hijas, de 5 y 12 años, y luego fue abatido, había dejado dos cartas de despedida en las que anunciaba sus intenciones, informaron a El País fuentes que participaron de la investigación del caso.
"La primera carta iba acompañada por una foto familiar y decía que ella (su ex pareja) iba a pagar con el sufrimiento de la muerte de sus hijas. Pensaba dejarla a ella viva y matar a las niñas", contaron las fuentes.
La segunda carta estaba dirigida a sus otros hijos mayores, fruto de su primer matrimonio. "Les pedía perdón por lo que iba a hacer".
"Estaba todo premeditado", explicaron. La policía presume que su intención era suicidarse luego de matar a las niñas. Las cartas estaban siendo investigadas ayer por la policía y hoy pasarán al expediente del caso.
En la mañana de ayer, el policía Víctor Adrián Álvez Cuello, de 42 años, tras haber mantenido una discusión por teléfono con su expareja y amenazarla de muerte, se dirigió a una humilde vivienda ubicada en Colinas de Solymar, donde vivían la mujer y sus dos hijas, publicó Laprensagrafica.com
La expareja logró avisar a la policía antes de que el hombre llegara. Cuando el agente vio a los efectivos en la zona, ingresó por la fuerza a la vivienda y efectuó varios disparos: dos de ellos alcanzaron a su hija menor, de 5 años, mientras que otra bala hirió a su hija de 12. Inmediatamente, la madre salió de la casa pidiendo auxilio y en ese momento los efectivos entraron a la vivienda y abatieron al policía.
El agresor había sido denunciado por su expareja en el año 2015 por violencia doméstica y se le había quitado el arma, por lo que la pistola que usó para disparar a sus hijas no era la de reglamento. A su vez, tenía medidas cautelares que le prohibían "la comunicación y el acercamiento a cualquier lugar que frecuentara su ex mujer, ni a su domicilio".
Desde la denuncia, Álvez había pasado a realizar tareas de limpieza en la Zona Operacional II de Montevideo, explicó Patricia Rodríguez dirigente del sindicato policial.
Las niñas fueron trasladadas de forma urgente hasta el CTI del Hospital Policial. La mayor recibió un disparo en el tórax, sin orificio de salida, y debió ser intervenida inmediatamente, mientras que la de 5 años fue alcanzada por dos disparos: uno en el maxilar izquierdo con orificio de salida y otro en el tórax. En su caso no fue necesario operarla pero estuvo controlada constantemente, según el parte médico del Hospital. Hasta ayer, ambas se encontraban internadas en cuidados intensivos pero estaban estables y bajo observación.