El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ordenó hoy el traslado de más de 700 reos, en su mayoría miembros de pandillas, a cárceles de máxima seguridad, lo que se hizo bajo un riguroso mecanismo de seguridad.
Los reos estaban recluidos en el presidio de San Pedro Sula, norte de Honduras, y fueron llevados en camiones del Ejército, inmovilizados de pies y manos, a cárceles de máxima seguridad recién construidas, informó en un comunicado la Casa Presidencial en Tegucigalpa.
Centenares de elementos de fuerzas especiales de seguridad estuvieron en la operación del traslado de los reos en camiones en los que iban alrededor de 20 personas, añadió la fuente.
Subrayó que la movilización en grupos pequeños se hizo siguiendo "los manuales de procedimiento y normas internacionales".
En los alrededores del centro penal de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país, se establecieron cinco anillos de seguridad de varios kilómetros a la redonda con la participación de militares y policías provistos de cascos, chalecos antibalas, armas con bala de goma, toletes y pasamontañas.
La operación inició a las 03.00 horas locales (09.00 GMT) y por seguridad se evitó el acercamiento de los reos, miembros de las "maras" M-13 y M-18, entre quienes existe una fuerte rivalidad.
Hacia las 11.00 hora local (17.00 GMT) salió el último convoy con los reos a las cárceles de máxima seguridad, señaló el comunicado.
Durante la operación se suspendió el servicio de energía eléctrica en la zona donde se localiza el presidio de San Pedro Sula y fueron bloqueadas las llamadas telefónicas y otras telecomunicaciones.