Stan Wawrinka avanzó a la semifinal del Abierto de Estados Unidos por segundo año seguido.
Pero Juan Martín del Potro también se llevó una victoria emocional, tras una campaña que lo llevó hasta los cuartos de final de un Grand Slam a casi siete meses de volver a jugar tenis tras el calvario de tres cirugías en la muñeca izquierda.
La imponente derecha del argentino no le alcanzó frente al fulminante revés y mejor resto físico de Wawrinka, quien salió victorioso 7-6 (5), 4-6, 6-3, 6-2 en un partido que acabó a las 1:20 de la madrugada del jueves.
Tras la medalla olímpica de plata que conquistó en los Juegos de Río de Janeiro el mes pasado, Del Potro volvió a rugir en una cita de envergadura, otra señal de que el campeón del US Open 2009 tiene las condiciones para pugnar en los primeros planos del tenis.
A Flushing Meadows llegó como el número 142 del ranking y a partir del lunes deberá rozar el Top 60. También apunta para estar «pronto en igualdad de condiciones» con los rivales de la elite de cara a la próxima temporada.
Más allá de resultados, Del Potro destacó el cariño del público en el estadio Arthur Ashe, que lo alentó hasta el final. Su nombre fue coreado cuando Wawrinka sacó por la victoria, lo que provocó una breve interrupción. No pudo contener las lágrimas.
«Lo que viví en ese último juego es muy difícil que le pase a cualquier otro jugador del circuito. Que yo recuerde nunca pasó algo así», declaró el argentino de 27 años. «Si uno se guía por la gente, claramente el ganador era yo… Wawrinka va a jugar la semifinal, pero yo me quedo con la linda sensación de lo último, con el gran torneo que hice».
«Esa gente que me apoyó cuando estaba lesionado. Lo valoran mucho por el esfuerzo por el esfuerzo que hice por volver a jugar y no por ganar o perder», afirmó Del Potro, quien en el último sumó notables victorias ante Novak Djokovic y Rafael Nadal y perdió una reñida final ante Andy Murray.
Del Potro tuvo un promisorio arranque, con un 4-1 a su favorable en el primer set. Pero no pudo sostener la diferencia y cedió la manga en un desempate. Fue el primero que cedió en todo el certamen del que se había ausentado las dos ediciones anteriores.
Luego de llevarse el segundo, Del Potro mantuvo un duelo parejo con Wawrinka hasta que el suizo logró un quiebre de saque que le adelantó 5-3 en el tercero y se enfiló contundente hacia la victoria final.
Del Potro había vencido a Wawrinka en la segunda ronda de Wimbledon a fines de junio, el primer aviso de que el argentino venía en alza. Esta vez, Wawrinka ajustó su táctica: se replegó más al fondo para devolverle los saques y buscó mover a su rival de un costado al otro en prolongados peloteros.
«Es normal el apoyo que recibe Juan Martín», dijo Wawrinka. «Es un gran campeón. Ganó aquí. Tuvo mucha mala suerte con la lesión que sufrió y su nivel de juego actual es increíble. Todo el mundo está feliz de verlo de nuevo con ese nivel».
Campeón del Abierto de Australia en 2014 y luego del Abierto de Francia, Wawrinka puja por un tercer grande para su colección. Su rival de turno será el japonés Kei Nishikori. La otra semifinal pautada para el viernes será entre el serbio y número uno mundial Novak Djokovic ante el francés Gael Monfils.
Nishikori remontó dos veces para sorprender 1-6, 6-4, 4-6, 6-1, 7-5 a Murray, el segundo cabeza de serie, con quien había perdido siete de sus ocho partidos previos.
¿Y ahora qué para Del Potro?
Le toca disputar las semifinales de la Copa Davis, en la que Argentina visitará a Gran Bretaña en Glasgow entre el 16-18 de septiembre. Cerca en el horizonte está la gira de torneos asiáticos, y recibió una invitación para el Masters de Shanghai a mediados de octubre.
Pero más que nada piensa en la pretemporada para mejorar sus condiciones físicas y así poder aguantar los rigores de partidos a cinco sets.
«Ahora puedo pelear al mismo nivel con los mejores. Le he ganado a Djokovic, Rafa. Jugué un gran partido contra Murray. Wawrinka es el número tres del mundo», analizó. «Estoy ahí con ellos. Eso es alentador, pero necesito seguir trabajando».