El nadador olímpico estadounidense Ryan Lochte se disculpó el viernes por su conducta en torno al incidente del pasado fin de semana en una gasolinera de Río de Janeiro y señaló que debió ser más «cuidadoso y sincero» en la manera en que describió lo sucedido.
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En un largo texto publicado a través de Instagram el viernes, Lochte dijo disculparse por su papel al robar la atención a los otros atletas olímpicos.
El nadador estadounidense, 12 veces ganador de medallas olímpicas, reiteró su afirmación de que un desconocido le apuntó con un arma y le exigió dinero a cambio de dejarlo ir. Lochte lo llamó un asalto a mano armada, pero la policía brasileña indicó que él y otros tres nadadores realizaron actos vandálicos en el baño de una gasolinera y fueron confrontados por guardias de seguridad armados.
«Acepto la responsabilidad por mi rol en este incidente y he aprendido una valiosa lección», declaró Lochte.
Dos de los otros nadadores, Gunnar Bentz y Jack Conger, viajaban a Estados Unidos el viernes después de haber sido retenidos por las autoridades brasileñas para declarar. El cuarto atleta implicado, Jimmy Feigen, llegó a un acuerdo con un juez de Brasil para realizar un pago de 10.800 dólares y se le ha permitido abandonar el país el viernes por la noche, de acuerdo con su abogado.
«Aceptamos y agradecemos su disculpa», dijo Mario Andrada, vocero del Comité organizador de los Juegos Olímpicos de Río.
El drama en torno al supuesto asalto y los constantes cambios de versiones de los nadadores sobre lo ocurrido enfureció a los brasileños, que lo consideran un incidente que crea una mancha en la imagen de la ciudad y sus Juegos Olímpicos en momentos en que se esfuerzan por demostrar que son capaces de organizar unas justas olímpicas de forma segura.
La saga representó una enorme vergüenza para la delegación olímpica de Estados Unidos.
Los acontecimientos se desataron el viernes por la mañana después que la policía anunció que Lochte y tres de sus compañeros no habían sido retenidos a punta de pistola después de una reunión el sábado por la noche, como Lochte aseguró. En su lugar, la policía brasileña señaló que los atletas, ebrios, causaron destrozos en el baño de una gasolinera y fueron interrogados por guardias armados antes de pagar por los daños e irse del lugar.
«Ningún robo fue cometido contra estos atletas. Ellos no fueron víctimas de los delitos que dijeron», subrayó el jefe de la policía civil, Fernando Veloso, en conferencia de prensa.
Mientras Bentz y Conger abordaban el avión rumbo a casa la noche del jueves, su abogado insistió en que ninguno de los dos tuvo nada que ver con el relato de Lochte quien de antemano había salido de Brasil durante la semana.
Bentz y Conger «sólo declararon como testigos. Esto debe quedar muy en claro», enfatizó el abogado Sergio Riera a The Associated Press. «Ellos no ofrecieron ningún falso testimonio. Ellos no mintieron en sus declaraciones».