Ichiro Suzuki se encuentra a dos hits de convertirse en el trigésimo jugador de las Grandes Ligas en alcanzar los 3000 hits, y lo hizo con suma rapidez: solo 16 años después de ganar los premios al Novato del Año y al jugador más valioso en su primera temporada en la MLB. Hace poco nos sentamos con el jardinero de Miami, ahora con 42 años, para hablar con él sobre su trayectoria profesional de 25 años y lo que le depara el futuro. Resulta que podemos esperar aún más hits.
¿Significan algo para usted los 3000 hits o son solo un número?
Hablé de eso cuando llegué a 4256. Cuando estás alcanzando el final de tu carrera y estás llegando con dificultad a ese número, el objetivo se reduce a solo alcanzarlo. Pero para mí, cuando formas parte de un equipo, simplemente sales a jugar béisbol y sin darte cuenta alcanzas esa cifra. No he tenido dificultades para lograr ese número. Estoy jugando, y da la casualidad que alcancé esa cifra porque ahí es donde estoy.
¿Alcanzar los 3000 hits ha sido abrumador o agotador debido a la atención mediática?
Obviamente, he tenido algunas experiencias en Japón y aquí en relación con alcanzar ciertos números. Pero ahora mismo, me siento presionado todos los días porque estoy en una posición en la que si no tienes un buen desempeño, no juegas. Soy el cuarto jardinero. Estoy tratando de hacerlo bien hoy, para poder jugar mañana. Considero que sería distinto si estuviera en la alineación todos los días. Pero tienes que batear para jugar.
¿Es exagerada la cobertura mediática?
Pienso que los medios están más preocupados que yo. Es mucho más importante para ellos. Me gusta leer las noticias, pero cuando abro un sitio japonés y sale un artículo con mi rostro, nunca lo leo. Si la gente supiera cuán enorme es la brecha que existe entre la atención que esto recibe en los medios y cómo me siento. Es una gran diferencia.
¿Hubo algo en los medios que le haya molestado cuando superó a Pete Rose?
En realidad, me alegró que el rey del hit se pusiera a la defensiva. Me sentí más o menos aceptado. Escuché que hace unos cinco años le hicieron una entrevista a Pete Rose y él dijo que deseaba que yo batiera el récord. Obviamente, esta vez fue distinto. En los 16 años que he estado aquí, he observado que en los Estados Unidos, cuando la gente siente que una persona está por debajo de ellos, no solo en números sino en general, de cierta manera hablan a favor de ti. Pero cuando alcanzas el mismo nivel o tal vez lo superas, lanzan el ataque; tal vez no te apoyan tanto. Así es como lo sentí esta vez.
Cuando llegó aquí, ¿pensó que tendría una carrera tan larga y exitosa en la MLB?
Cuando llegué por primera vez, tenía un acuerdo por tres años. En ese momento, lo único que pensaba era que quería hacerlo lo mejor posible
en esos tres años. Pero en mi primer juego, hice una jugada bastante buena. Salí y Lou [Piniella, manger de Seattle de 1993 a 2002] me dio un beso. Así que pensé, «¡Tres años son demasiados! Si me van a besar todos los días, ¡yo no quiero estar aquí!»
¿Se considera un atleta con talento nato excepcional o con habilidades adquiridas?
No soy un pura sangre de ningún modo. Mi padre fue solo amateur; mi madre ni siquiera es atleta. Si alguien hubiera apostado por mí, ¡hubiera ganado mucho dinero! Pero lo que realmente me ayudó a llegar hasta este punto fue que pude hacer las cosas libremente, a mi manera.
Durante los años que ha estado en los Estados Unidos ¿cree que ha marcado una diferencia en el béisbol?
En realidad no sé qué efecto tuve. Pero lo que puedo decir es que tal vez la gente era muy convencional. Como fui capaz de hacerlo un poco más libremente, hacerlo a mí manera, creo que comenzaron a hacer las cosas un poco distinto. Posiblemente se dieron cuenta de que hay otras maneras.
Después del apogeo de la llamada «era de los esteroides», aparentemente amplió la definición de cómo la gente puede ver a un «gran bateador».
Cuando llegué por primera vez [a los Estados Unidos] escuché a mucha gente decir: «Haces todas esas cosas y estás tan pequeño». Pero para mí, cuando llegué y vi a todos estos jugadores, pensé, «¡¿Cómo puedes jugar cuando tienes ese tamaño?!» El béisbol es un deporte en el que muchas cosas entran en juego. Realmente tienes que usar la cabeza. Los nervios en tu cuerpo deben reaccionar. Y si eres tan grande, seguramente el tiempo de reacción debe ser más lento. En realidad estaba sorprendido de ver cuán grandes eran los jugadores. Pensaba que la mentalidad en las grandes ligas era distinta; el tamaño debe ser igual a la fuerza.
¿Aún cree que puede jugar en el más alto nivel?
Como me siento hoy, y como me sentía en el 2004 [cuando Suzuki estableció el récord de más hits en una sola temporada], no hay ninguna diferencia. Obviamente, alcanzar 262 hits, y tratar de lograrlo en 162 juegos, fue difícil en aquel entonces, y sería difícil hoy en día. Tienes que tener buena suerte y muchas cosas deben concurrir para lograr algo así. Pero si me dijeras que sería el primer bate y que jugaría todos los días, creo que ahora alcanzaría 200 hits. No hay motivo para pensar que no podría lograrlo. Nada me detendría de decir que sí, que lo puedo hacer.
Hubo una época en la que no tenía buenos números, pero no tenía nada que ver con mi condición física. Cuando recuerdas los últimos tres años, era mi primer año en la Liga Nacional, era la primera vez en mi carrera que no iba a jugar todos los días. Debía aprender una nueva función. Debía aprender a prepararme de forma distinta porque no iba a estar en la alineación todos los días. Lo peligroso de eso es que la gente diga: «Vaya, [sus números no son buenos] porque ya está viejo». Considero que, como atleta, la forma en la que llegas a los 42 años hace la diferencia. He aprendido sobre mi cuerpo; no he dependido únicamente de mi talento para llegar a los 42. Son dos cosas distintas; tomé una ruta distinta.
¿Qué sabe hoy que le hubiera gustado saber hace 16 años?
Que no puedes creer todo lo que la gente dice. Cuando llegué a los Estados Unidos, mucha gente pensaba que no iba a durar ni un año. Ahora, 16 años después, la gente dice: «Oh, 3000 hits, es un futuro miembro del Salón de la Fama, esto y lo otro». Así que supongo que no tomar en cuenta ni creer todo lo que se dice. En realidad, únicamente hay que cuidar a aquellos que están cerca de ti y no preocuparte por los de afuera.
¿Quiénes son algunos de sus compañeros de equipo favoritos?
Los muchachos que de cierta manera me salvaron y me ayudaron, Ken Griffey Jr., Mike Sweeney y Raúl Ibáñez.
A qué se refiere cuando dice que lo «salvaron»?
Hubo una época en la que aunque pertenecíamos al mismo equipo, usando el mismo uniforme, [mis compañeros de equipo] se sentían como el enemigo. Me salvaron de esa época. [Nota del editor: Suzuki explicó después que a la mitad de su carrera con los Marineros, cuando el equipo no estaba jugando bien pero él era un Todos Estrellas y ganando Guantes de Oro, sus compañeros de equipo lo consideraban egoísta y decían que se preocupaba únicamente por los reconocimientos individuales. Después llegaron Griffey, Sweeney e Ibáñez, dice, y lo defendieron y motivaron a sus compañeros de equipo a preocuparse primero por sus propio juego.]
¿Cuándo cree que se retirará?
Quiero jugar hasta que tenga, por lo menos, 50.
Si se convierte en el primer pelotero asiático en entrar en el Salón de la Fama, ¿qué significaría eso para usted?
Realmente, no lo sé. Pero creo que eres elegible para la votación del Salón de la Fama hasta cinco años después de que te retiras, así que creo que para entonces estaré muerto [se ríe]. No me tocará vivirlo.