Contener a Gareth Bale no es la única obligación a la que Bélgica deberá estar pendiente al enfrentar el viernes a Gales en los cuartos de final de la Eurocopa.
La historia reciente indica que a Bélgica la ha costado vulnerar el armazón defensivo de Gales.
Por las eliminatorias de la Copa Mundial de 2014 y la Euro 2016, Bélgica ha sufrido con Gales. De hecho, la única derrota que sufrió en los 20 partidos disputados en ambos procesos fue contra Gales en Cardiff hace un año, revés que se consumó con un gol de Bale. Gales sumó cuatro puntos a costa del equipo de Marc Wilmots en las eliminatorias de la Euro 2016, sin encajar goles.
De cara al duelo en Lille, Gales no va a renunciar al plan que tan bien le ha surtido efecto ante los belgas: un bloque de cinco defensas y contragolpear con el desequilibrante Bale.
«La hemos pasado mal ante ellos», reconoció el volante belga Dries Mertens. «Se plantan con una línea de tres marcadores centrales. Quedas con la sensación que puedes marcar un gol, te ceden la iniciativa, pero al final te meten un gol y no encajan».
En esta Eurocopa, Bale suma tres goles y una asistencia para liderar la tabla del Botín de Oro. También encabeza la cuenta de remates a puerta, con 12.
Pero la obsesión belga no se enfoca en Bale, sino en cómo lastimar a la defensa de Gales.
«Detesto jugar contra ese tipo de esquema táctico», dijo Mertens, quien milita con el Napoli italiano. «Pero lo hacen tan bien».
Y es que Bélgica sufrió con un adversario que se plantó con una línea de cinco defensores en este torneo. En su debut por el Grupo E, los belgas se toparon con Italia un equipo versado en defender y perdieron 2-0 en Lyon.
Es por eso que Wilmots tildó la cita del viernes como «un duelo de paciencia».
En los papeles, Bélgica es el gran favorito, por todas sus individualidades, con Eden Hazard y Kevin De Bruyne como figuras sobresalientes.
Ambos fueron claves en la reacción del equipo tras la derrota en Italia, al enlazar victorias ante Irlanda, Suecia y Hungría, con ocho goles anotados y ninguno recibido.
Hazard se reincorporó el jueves a los entrenamientos tras ausentarse los dos días previos por un problema muscular. Pero Wilmots echará de menos al central Thomas Vermaelen por sanción.
La ambición está por las nubes: «Estamos a nueve días de una final», dijo De Bruyne. «Queremos seguir hasta lo último».
Pero el ímpetu de Gales también se ha disparado, con las ganas de superar la que había sido su mejor actuación en un torneo grande. Eso fue en el Mundial de 1958, cuando perdieron ante Brasil en los cuartos de final con un solitario gol del juvenil Pelé.
«Tenemos una gran confianza en este momento», dijo Bale. «No estás en una ronda de cuartos de final gracias a la suerte».
Gales viene de vencer 1-0 a Irlanda del Norte en octavos de final, y ganó el Grupo B de la primera fase tras victorias ante Eslovaquia y Rusia.
Su técnico Chris Coleman se expresó impresionado por la manera cómo su equipo ha respondido al medirse ante rivales con distintos estilos.
«Hemos tenido que jugar de forma diferente al ganar tres de los partidos. Esa es una buena señal para cualquier equipo», dijo Coleman.
También habló sobre la «fea victoria» ante Irlanda del Norte: «Mostramos otra faceta de nuestro juego, y no fue bonita», reconoció.
Bélgica se sentirá como en casa en el estadio Pierre-Mauroy de Lille, al intentar acceder a las semifinales de un gran torneo por primera vez desde el Mundial de 1986. La ciudad se encuentra a solo 10 kilómetros de la frontera belga. Además, para Hazard y Divock Origi, será una especie de regreso a casa, ya que sus debuts como profesionales fueron con el club local Lille.