Islandia protagonizó el lunes el gran batacazo de la Eurocopa al vencer 2-1 a Inglaterra en los octavos de final, y la nación más pequeña que compite en la historia del torneo añadió otra página memorable a su fantástica historia.
La derrota es la más humillante que sufre Inglaterra en décadas, una en la que se dejó remontar tras el gol de penal que Wayne Rooney anotó a los cuatro minutos.
Ragnar Sigurdsson y Kolbeinn Sigthorsson capitalizaron los despistes defensivos ingleses para voltear el resultado. Apenas dos minutos después del tanto de Rooney, Sigurdsson niveló el marcador y Sigthorsson marcó el 2-1 a los 18.
Los islandeses preservaron la ventaja con un heroico despliegue en la segunda mitad, para consumar la victoria más memorable de su historia futbolística.
El país con un población de 330.000, en su primer gran torneo internacional, enfrentará ahora a la anfitriona Francia en el estadio nacional.
Los ingleses, que no ganan un título internacional desde el Mundial de 1966, regresarán a casa con el rabo entre las piernas, tras sumar un nuevo fracaso, pese a que este equipo suscitó entusiasmo por reunir jóvenes figuras de prometedora proyección, como Harry Kane y Delle Alli.
Después del silbatazo inicial, los jugadores ingleses se echaron al césped, cubriéndose los rostros con sus manos.
Para un país futbolero como Inglaterra, sus resultados en las grandes citas es espantoso. Siguen sin poder salir triunfantes de un partido por la fase de eliminación directa fuera de casa en ocho intentos en una Eurocopa. Tampoco han ganado un partido más allá de la fase de grupos de un gran torneo desde 2006.
Esta nueva debacle probablemente quede como una de las más vergonzosas desde la derrota 1-0 ante Estados Unidos en el Mundial de 1950.