Cuando la monotonía reinaba y un armisticio sin goles parecía ineludible, un brasileño nacionalizado apareció en la agonía para darle a Italia su segunda victoria de la Eurocopa y el pase a los octavos de final.
A los 88 minutos, Eder se internó dentro del área ante la floja marca de los defensores y definió con un disparo fuerte y con efecto.
La jugada se gestó tras un saque de banda de Giorgio Chiellini. El sustituto Simone Zaza peinó el balón hacia Eder y el delantero del Inter de Milán avanzó como tromba antes de clavar su remate al ángulo inferior.
«Un golazo», dijo Eder, a quien el técnico Antonio Conte hizo debutar en la Nazionale en marzo del año pasado. «Me hizo recordar mi primer gol para Italia. Fue en las eliminatorias contra Italia. Le pegué con efecto y el balón entró. Esto extasiado».
«Los pequeños detalles marcan la diferencia. El hecho que el gol fue tras un saque de banda me alegra más».
En un partido que a ratos fue somnoliento, Italia apretó en el tramo final para enlazar su segunda victoria en el torneo.
Otra vez, el artillero sueco Zlatan Ibrahimovic pasó inadvertido. Cada vez que Ibrahimovic tocó el balón en el sector medio, los zagueros italianos no le dieron respiro. Lo más cerca que estuvo del gol fue en el primer tiempo, al cabecear desviado un tiro libre.
«Sabíamos que Ibrahimovic era el enemigo número uno», dijo Andrea Barzagli, piedra angular de la zaga italiana, que mantiene su arco imbatido en Francia. «Lo vigilamos de cerca. No le dimos margen para nada, porque puede generar en un parpadeo».
Chiellini también colaboró en la tarea de asfixiar a Ibrahimovic. Los ex compañeros en Juventus mantuvieron una pugna durante todo el partido.
«Todo está bien entre Chiellini y yo, porque de lo contrario ahora estaría en el hospital», dijo Ibrahimovic. «Contra una selección como la de Italia hay que estar alertas durante 90 minutos».
Los italianos debutaron con una victoria 2-0 ante Bélgica. Con el ideal de seis puntos en el Grupo E, Italia aseguró de antemano su presencia en la segunda ronda, sin importar lo que pase en su última partido de la llave, contra Irlanda el miércoles en Lille.
Suecia se estancó con un punto, que cosechó con un empate 1-1 ante Irlanda, y cerrará contra Bélgica.
La marca pegajosa que recibió Ibrahimovic abrió espacios por la banda izquierda a Martin Olsson, y el lateral rozó el gol con un disparo que se fue por encima del travesaño.
No fue hasta el tramo final que Italia generó ocasiones de peligro en el estadio Municipal de Tolosa. Poco antes que Eder abriese el marcador, Marco Parolo cabeceó al travesaño un centro de Emanuele Giaccherini.
La última palabra correspondió a Eder, con una formidable acción individual. Cuatro defensas suecos lo vieron pasar de larga hasta que sacó el disparo ajustado al palo izquierdo del arquero Andreas Isaksson.
Poniendo oídos sordos a las críticas de que la calidad de su plantel era uno de los más mediocres que se convocaba a un torneo internacional, el técnico Antonio Conte tiene a una Italia que es granítica en defensa y oportunista de cara el gol.
«Creo que muy poca se imaginaba que estaríamos en octavos tras los primeros dos partidos», dijo un exultante Conte. «Es un gran logro. Los jugadores se merecen el crédito».
Lo de Suecia, en cambio, ha sido exiguo. Con su gran estrella Ibrahimovic fuera de foco, Suecia parece incapaz de encontrar soluciones.
«Todos estamos dolidos», afirmó el entrenador sueco Erik Hamren. «Si analizan el partido, creo que jugamos bien. Defendidos adecuadamente y supimos taparle los espacios a los italianos. Pero nos desconcentramos al final».