La UEFA advirtió el domingo a Inglaterra y Rusia que sus selecciones podrían ser expulsadas de la Eurocopa de fútbol si sus aficiones persisten en actos de violencia.
El organismo regente del fútbol europeo emitió la advertencia tras días de desmanes entre fanáticos rivales en las calles del centro histórico de Marsella, y refriegas dentro del estadio de la ciudad, tras el partido que Inglaterra y Rusia empataron 1-1 el sábado.
La UEFA indicó que su comité ejecutivo «advirtió a ambas selecciones que independientemente de lo que determinen las instancias disciplinarias por los episodios dentro del estadio no titubeará en imponer sanciones adicionales» a las federaciones de Inglaterra y Rusia, «incluyendo una posible descalificación del torneo, en caso que semejante violencia vuelva a repetirse».
A primera hora del domingo, la UEFA abrió un proceso disciplinario contra Rusia por los disturbios. También prometió redoblar la seguridad en los estadios de Francia como respuesta a los desmanes en Marsella.
La Asociación de Fútbol de Inglaterra, cuyos partidarios huyeron del estadio en Marsella tras ser atacados por una turba de fanáticos rusos, quedó eximida en el caso.
Los disturbios, tanto dentro como fuera del estadio Velodrome, empañaron por segundo día el campeonato europeo de selecciones. La UEFA expresó su «más enfático rechazo» a los enfrentamientos entre los grupos de espectadores rusos e ingleses en Marsella.
Según informes de la policía, la cifra de heridos asciende a 44 por los enfrentamientos entre aficionados antes y después del Inglaterra-Rusia. La mayoría de los heridos presentan lesiones menores, dijo el jefe de la policía de la región, Laurent Nunez, en un mensaje de texto. No respondió de inmediato a una pregunta sobre un seguidor británico que estaría en estado grave.
El ministro de Deportes ruso, Vitaly Mutko, indicó a la agencia noticiosa Tass que «ciertos individuos no acudieron a presenciar un partido de fútbol, eso está claro», y añadió que ese tipo de conducta es una «vergüenza para este país».
La UEFA mantuvo reuniones de emergencia el domingo para reevaluar sus medidas de seguridad en los diez estadios en Francia donde se disputan los partidos del torneo.
«La UEFA reconoce que hubo fallas en el mecanismo de separación de espectadores en el Stade Velodrome e implementará medidas correctivas para fortalecer las medidas de seguridad en los estadios, en estrecha colaboración con las autoridades locales», dijo la UEFA en un comunicado.
Rusia fue acusada también por el lanzamiento de fuegos artificiales en el estadio, donde el partido concluyó con un empate de 1-1. La UEFA dijo que su comisión de control y ética evaluará el tema el martes e impondrá sanciones antes de su segundo partido contra Eslovaquia el miércoles en Lille.
La UEFA tomará medidas solamente en torno a la violencia ocurrida dentro del estadio en Marsella, donde los sucesos ocurrieron tras tres días consecutivos de enfrentamientos cerca del Puerto Viejo de esa ciudad mediterránea.
Aunque la UEFA considera a cada federación nacional responsable por el comportamiento de sus espectadores dentro de los estadios, por lo general no actúa en torno a sucesos ocurridos en otros predios.
«La UEFA expresa su más enfático rechazo a los hechos violentos ocurridos en el centro de la ciudad de Marsella, y su grave preocupación por los incidentes ocurridos al final del partido dentro del Stade Velodrome», expresó la agrupación.
Agregó: «Este tipo de comportamiento es totalmente inaceptable y no tiene cabida en el mundo del fútbol».
Cuando la UEFA evalúe los incidentes en Marsella, podría tomar en cuenta el historial de los partidarios rusos en la copa Euro 2012. La organización en ese entonces impuso una serie de sanciones, entre ellas multas, contra la Unión de Fútbol de Rusia en relación a los incidentes en ese campeonato, en que Rusia y Ucrania eran los anfitriones.
Autoridades francesas están a la defensiva tras la emisión en vivo de imágenes de brutales peleas en el Puerto Viejo de Marsella y en las calles cercanas antes del partido disputado el sábado.
En declaraciones a la radio Europe 1, el líder socialista francés Jean-Christophe Cambadelis defendió a las fuerzas de seguridad del país culpando a «cretinos borrachos» de los actos violentos.