El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien posee un par de guantes utilizados por Muhammad Ali en su estudio privado de la Oficina Ovalada, dijo el sábado que Ali «estremeció al mundo, y el mundo es mejor por eso».
Obama comparó a Ali, quien murió el viernes, con otros líderes de los derechos civiles de su época, y afirmó que el boxeador emuló a Martin Luther King Jr. y Nelson Mandela en la lucha por lo que era correcto. Ali desafió al servicio militar en el apogeo de la guerra de Vietnam y perdió tres años y medio del mejor momento de su carrera. También se afilió a los musulmanes negros y cambió su antiguo nombre de Cassius Clay. Su lucha fuera del cuadrilátero le costaría su título y fue un golpe a su imagen pública, pero se mantuvo firme en sus creencias.
Las grandes peleas de Muhammad Ali
«No era perfecto, por supuesto. Pese a toda su magia en el ring, pudo ser más cuidadoso con sus palabras y todas las contradicciones cuando su fe evolucionó», dijo Obama en una declaración con la primera dama Michelle Obama. «Pero su maravilloso, contagioso e incluso inocente espíritu le ganó en última instancia más seguidores que enemigos, tal vez porque en él, esperábamos ver algo de nosotros mismos».
El presidente mantiene los guantes de Ali debajo de una fotografía del joven campeón de peso completo parado sobre el derrotado Sonny Liston en 1964. Obama indicó que era muy joven para entender al boxeador impetuoso cuando esa foto fue tomada. Agregó que con el paso del tiempo entendió que Ali fue más que un habilidoso peleador o «poeta en el micrófono». Más bien, Ali fue el hombre que «peleó por nosotros», señaló Obama.
«Muhammad Ali estremeció al mundo. Y el mundo es mejor por él. Todos somos mejores debido a él», aseguró el presidente.
Obama dijo que después de que terminó la carrera de Ali, el ex atleta se convirtió incluso en una «fuerza (más) poderosa para la paz y reconciliación en todo el mundo». Añadió que Ali visitó a niños enfermos y personas con discapacidades y les dijo que ellos, también, podían convertirse en los más grandes.
Y mientras Ali luchó con el mal de Parkinson al final de su vida, éste «no pudo quitarle la chispa de sus ojos», concluyó Obama.