Por tercer año seguido, Garbiñe Muguruza dice presente en los cuartos de final del Abierto de Francia.
Con un notable despliegue de tiros y derrochando madurez, la hispano-venezolana de 22 años despachó el domingo 6-3, 6-4 a la rusa Svetlana Kuznetsova, la campeona del torneo en 2009.
La cuarta preclasificada dio otro aviso que está para desafiarle a Serena Williams el trono del tenis femenino.
Muguruza arrancó a todo vapor con ases en dos de sus tres primeros servicios. Pero ante todo exhibió aplomo para gobernar un partido de intensos peloteos desde el fondo.
«Cuando tienes una rival que tiene nivel alto tienes que igualarlo o mejorarlo al menos», dijo Muguruza. «Antes de entrar al partido me dije ‘Garbiñe, hoy tienes que aguantar todo el partido’. Luego la competición ya te lleva a estar en situación pero ha sido un buen partido».
El gran despunte de Muguruza se produjo el año pasado, con su avance a la final de Wimbledon, donde cayó Williams.
Pero su progresión se atascó en el inicio de esta temporada.
Ahora se declara más segura: «Mi mejoría más grande, más que un golpe en específico, ha sido un poco en mi mente, en mi manera de preparar los partidos», analizó Muguruza. «Ahora sé cómo jugar los momentos importantes».
En busca de una segunda semifinal en un Grand Slam, Muguruza tendrá como rival a la estadounidense Shelby Rogers, quien nunca había pasado de la tercera ronda en las grandes citas. La 108 del ranking sorprendió 6-3, 6-4 a la rumana Irina Begu, 25ta preclasificada.
El campeón vigente Stan Wawrinka también se abrió paso en cuartos con una victoria 7-6 (5), 6-7 (7), 6-3, 6-2 sobre Viktor Troicki. Wawrinka invitó a un recogepelotas a que jugara con él mientras su rival serbio recibía tratamiento en el tercer set.
Luego de darle una raqueta al chico para el improvisado peloteo, el tercer cabeza de serie suizo siguió en la suyo en la pista central Philippe Chatrier, sentenciando la victoria en menos de tres horas.
A primera hora, el español Albert Ramos-Viñolas se confirmó como la revelación del cuadro masculino al dejar en el camino a Milos Raonic, el octavo preclasificado.
Ramos-Viñolas, 58 del mundo, nunca había pasado de la segunda ronda en 18 participaciones previas en Grand Slams, pero se deshizo de Raonic con cinco quiebres de servicio y levantando seis de las siete bolas de saque que afrontar y sacó cita para medirse con Wawrinka.
«No tengo palabras para describir cómo me siente», dijo Ramos-Viñolas. «Llevaba cuatro años seguido perdiendo en la segunda ronda».