José Reyes tomó el último de una docena de swings, se retiró de la jaula de bateo y dio unos pasos de baile al compás de la música que retumbaba del pequeño radio colocado a sus pies.
A punto de cumplir con una suspensión de 60 juegos por quebrantar el reglamento de violencia doméstica de Grandes Ligas, el torpedero dominicanos de los Rockies de Colorado volvió el jueves a un terreno, si bien en Arizona.
«Es un gusto estar en un diamante y poder dejar atrás todo eso», dijo Reyes en el complejo de pretemporada de los Rockies. «Lo lamento. Cometí un error y aquí estoy como un hombre afrontándolo. Tengo que tratar de ser un mejor hombre, un mejor esposo».
Reyes no pudo participar de los entrenamientos de primavera y su suspensión abarca hasta el 31 de mayo, luego que fuera acusado por un delito de violencia doméstica debido a un altercado con su esposa en Hawai en octubre pasado. La fiscalía debió desistir de enjuiciarlo tras argumentar que la esposa de Reyes no quiso cooperar. Reyes fue el segundo pelotero en ser suspendido bajo el nuevo reglamento el otro fue el cerrador de los Yanquis Aroldis Chapman y no podrá cobrar cerca de 7 millones de dólares correspondientes a su salario de 22 millones este año.
«Soy el responsable de estar en esta situación y lo lamento», dijo Reyes. «Necesito dejarlo en el pasado y continuar con mi vida y mi carrera. Los seres humanos cometen errores. Como he dicho, lamento tener a los fanáticos de los Rockies en este tipo de situación».
Reyes no pasó inadvertido en el entrenamiento, no solo por su camiseta púrpura entre los demás prospectos que lucían el gris, sino por su exhibición de fildeo y bateo.
El cuatro veces seleccionado al Juego de Estrellas estuvo dos horas ejercitándose en los campos de práctica de los Rockies. Las jóvenes promesas del equipo parecieron estar felices de poder compartir con un pelotero tan reconocido, bromeando con el dominicano.
Reyes también dedicó tiempo en la caja de bateo, esperando que los demás cumpliesen con las rutinas diarias antes de tomar swings desde ambos lados del plato.
«Estar otra vez en un terreno me hace sentir que tengo 18 años otra vez, entrenarme con estos muchos, todos talentosos, eso me hace sentir bien», indicó Reyes.
Podrá retornar a la actividad el 1 de junio, pero no está claro cuál será la función que el dominicano de 32 años podrá tener.
El novato Trevor Story ha brillado al suplantarle, con promedio de .277, 11 jonrones y 28 impulsadas tras los primeros 38 juegos de Colorado. Los Rockies no parecen tener intención alguna de sacarle de la alineación diaria.
Reyes, un bateador ambidiestro, ha perdido alcance en el campocorto, de acuerdo con análisis de su defensa, pero no ha perdido la velocidad en sus piernas. El año pasado, con Toronto y Colorado, bateó para .274 con siete jonrones y 53 impulsadas.
Su salario garantizado para las próximas dos temporadas es de 41 millones, así que los Rockies deberán decidir si le emplean como un suplente en el cuadro interior o lo canjean.
«Aún no hemos hablado sobre cómo va a encajar en el equipo», dijo el manager Walt Weiss esta semana. «Pero lo haremos en algún momento. Estoy dejando que las cosas sigan su curso».