Los funcionarios de la natación de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro preparan un plan B en caso de que la principal sede de ese deporte no esté lista para un evento de prueba en abril.
Cornel Marculescu, director ejecutivo de la federación internacional de natación, dijo que el evento del 15 al 20 de abril podría ser realizado en la sede cercana de los clavados, que también tiene una piscina de 50 metros.
«Todavía falta mucho por hacer», dijo Marculescu a The Associated Press. «Tenemos que instalar un sistema de ventilación artificial para la plataforma de la piscina para garantizar que haya suficiente circulación de aire, que no sea demasiado caluroso ni demasiado frío».
Marculescu aseguró que la piscina estará lista para cuando empiecen los Juegos el 5 de agosto.
Las sedes de natación, clavados, polo acuático y nado sincronizado han sido algunas de las instalaciones más problemáticas para los organizadores de los Juegos.
La federación internacional ha criticado al alcalde de Río, Eduardo Paes, por reducir la cantidad de asientos en la principal sede de la natación, y por negarse a instalar un techo en la sede de los clavados. Paes respondió que muchas de las 28 federaciones que dirigen los deportes olímpicos son demasiado exigentes con los organizadores.
«Cada federación quiere contar con las mejores condiciones posibles», indicó Marculescu.
Agregó que la sede de la natación en los Juegos de 2012 en Londres tenía capacidad para 17.500 espectadores. La de Río podrá albergar 12.000, y sólo unos 8.000 boletos serán vendidos al público.
«Ya no podemos quejarnos de que no tenemos esto o aquello», señaló Marculescu. «Ahora estamos en una etapa en la que tenemos que hacer lo mejor posible con lo que tenemos. No me cabe la menor dudad de que serán unos tremendos Juegos Olímpicos».
Los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica se han visto afectados por recortes de presupuesto, contaminación del agua y ahora un brote del virus zika. Sin embargo, no ha habido mayores contratiempos con la construcción de las sedes.
El diario O Globo de Río reportó que Paes advirtió al Comité Olímpico Internacional que hay un «alto riesgo» de que una extensión del metro no esté lista para los Juegos.
La nueva línea, que costará unos 10.300 millones de reales (2.000 millones de dólares), conectará las zonas de Copacabana e Ipanema con el suburbio de Barra da Tijuca, donde está localizado el principal Parque Olímpico. O Globo reportó que el principal obstáculo es conseguir financiamiento adicional.