Kobe Bryant mantuvo su brazo derecho extendido hacia arriba, con la mano meciéndose mientras seguía el recorrido de su lanzamiento de tres puntos a falta de un minuto para la bocina final.
Cuando la pelota cruzó el aro, dando una ventaja de seis puntos a los Lakers, Bryant agitó su dedo índice mientras corría hacia atrás por la pista entre los vítores de buena parte de la grada.
Manteniendo el buen estado de forma, más propio de tiempos pasados, con el que se reencontró a principios de semana, Bryant anotó 27 puntos, con tres triples cruciales en los seis últimos minutos de juego, y los Lakers de Los Ángeles sumaron su segunda victoria consecutiva el jueves, esta vez por 99-96 ante los Pelicans de Nueva Orleans.
«Fue muy especial poder jugar delante de esta afición», dijo Bryant. «Me hace sentir genial. Me hace sentir que todo el trabajo duro de los último años vale la pena».
Bryant, que tiene previsto retirarse al final de esta temporada, destacó que incluso conoció a un niño llamado Kobe, y pareció agradecido por haber vivido un momento así durante su gira de despedida.
La estrella de los Lakers falló un tiro libre a falta de 6 segundos que dio a los Pelicans la ocasión de empatar el juego con un triple, pero el lanzamiento de Jrue Holiday no cruzó el aro.
Anthony Davis sumó 39 puntos para los Pelicans, pero falló un mate decisivo en el último cuarto que pareció decantar la balanza en contra de Nueva Orleans, que encajó su tercera derrota seguida.