Chris Paul anotó 26 puntos y J.J. Redick añadió 19 para que los Clippers de Los Ángeles superaran el martes 91-89 a los Pacers de Indiana.
Los Clippers (29-16) jugaron sin su alero estelar Blake Griffin, enviado a casa tras fracturarse la mano con la que dispara debido a un altercado con el gerente de utilería del equipo Matias Testi.
En esta situación aciaga, el entrenador Doc Rivers obtuvo de Paul exactamente lo que necesitaba, un gran partido.
Paul anotó 19 unidades en la segunda mitad, incluido un enceste a seis metros del aro, cuando restaban 33,7 segundos.
«Con todo lo que ha ocurrido en las últimas 48 horas, éste fue el tipo de partidos que pueden hacer que un equipo se recupere», dijo Rivers. «Pudimos sentir eso hoy. Fue un gran triunfo del equipo».
Lo fue, en un momento en que los Clippers necesitaban dar un sentido de normalidad a una pésima jornada. Distintos rebotes de prensa señalaron que Griffin sufrió la fractura tras propinar un puñetazo en el rostro a Testi.
El club confirmó después que Griffin se perdería de cuatro a seis semanas de acción por la fractura y podría enfrentar además un castigo.
Antes del partido, Rivers dijo que agradecería las preguntas que no se relacionaran con el incidente de Griffin. No hubo ninguna, todos los periodistas se concentraron en hablarle del tema.
También por Los Ángeles, el argentino Pablo Prigioni anotó dos puntos y capturó cinco rebotes.
Indiana (23-22) sufrió su tercera derrota consecutiva pese a que Paul George finalizó con 31 puntos y 11 rebotes. Myles Turner añadió 16 unidades.
Los Ángeles se encaminó a la victoria con una racha de 13 puntos sin respuesta que le permitió tomar la delantera por 81-72 a la mitad del cuarto periodo. Los Pacers no anotaron durante casi ocho minutos.
Indiana reaccionó con una ofensiva de 14-7, se acercó a 91-89 merced a un triple de George con 28 segundos por jugarse y tuvo la oportunidad de empatar o ganar después de recuperar un balón perdido a 2,1 segundos de la conclusión.
Pero los Pacers no lograron hacer el disparo.