Con la reputación por el piso debido al apresamiento de sus tres últimos presidentes por corrupción, la Conmebol elegirá el martes un nuevo presidente entre los candidatos Alejandro Domínguez de Paraguay y Wilmar Valdez de Uruguay, aunque este aparentemente renunciaría a la lucha electoral.
En medio de un escándalo sin precedentes, los tres últimos titulares del organismo sudamericano están procesados por la justicia de Estados Unidos por presuntos hechos punibles cometidos en el cargo, como aceptación de millonarios sobornos y lavado de activos.
Nicolás Leoz (1986-2013), Eugenio Figueredo (2013-2014) y Juan Angel Napout (2014-2015) están privados de su libertad en Asunción, Montevideo y Estados Unidos a la espera de ser -eventualmente- enjuiciados.
Otros ex miembros del comité ejecutivo como el chileno Sergio Jadue, el venezolano Rafael Esquivel, el colombiano Luis Bedoya, el ecuatoriano Luis Chiriboga, el boliviano Carlos Chávez y el peruano Manuel Burga también están procesados por diferentes supuestos delitos financieros.
El 11 de diciembre pasado, tras asumir como presidente interino hasta que se realicen los comicios, Valdez había expresado en conferencia de prensa: «esto se parece a un velorio».
Sus palabras pintaron el paisaje desolador en la Conmebol tras el destape, a cargo de las investigaciones de la fiscalía de Nueva York, de los diferentes actos de corrupción con los contratos de televisación y mercadeo de los diferentes torneos.
«Tiene que haber un antes y después en todo lo que pasó», dijo Valdez, añadiendo que «decidimos profundizar la implementación de las medidas de transparencia y control que garanticen una eficaz y rigurosa administración de las operaciones económicas y procesos operativos de la Conmebol».
Domínguez, por su lado, enfatizó la necesidad de «renegociar todos los contratos firmados con empresas auspiciantes y poseedoras de derechos de televisación, pero debemos hacerla luego de cumplirse esos contratos».
De ganar la presidencia, intentará eliminar las cláusulas de confidencialidad de los diferentes convenios, prerrogativas que hasta el momento no permiten conocer detalles de los millonarios contratos que expirarán en 2018.
«Debemos recuperar la confianza del público y darle otra vez credibilidad a la Conmebol», apuntó.
El postulante paraguayo, de 44 años, estudió Administración en la Universidad de Kansas, Estados Unidos, y es ejecutivo de algunas de las numerosas empresas fundadas y dirigidas por su padre Osvaldo, muy popular en Paraguay por haber sido presidente del club Olimpia en 1979 y 2002 cuando conquistó la Copa Libertadores.
El candidato a vicepresidente primero es el colombiano Ramón Jessurum; segundo, Laureano González de Venezuela. El candidato a la tercera vicepresidencia sería un directivo del fútbol boliviano.
El tesorero y el secretario general, por constituir cargos de confianza, serán nombrados directamente por el nuevo presidente quien, además, se convertirá en uno de los vicepresidentes de la FIFA.
Las nuevas autoridades tendrán además que enfrentar los requerimientos de la justicia estadounidense en las investigaciones abiertas.
Recientemente, la fiscalía paraguaya allanó las oficinas de la Conmebol e incautó todos los documentos desde 1991 hasta 2015, cumpliendo un pedido de cooperación de la fiscalía de Nueva York.
Copias de las documentaciones serán enviadas a Estados Unidos y los originales volverán a la Conmebol.