LaMarcus Aldridge anotó 25 puntos y capturó 11 rebotes para que los Spurs de San Antonio ampliaran a ocho su seguidilla de triunfos, al aplastar el lunes 106-79 a los Nets de Brooklyn.
Fue un duelo entre equipos muy distintos. Los Spurs simbolizan la constancia y la estabilidad. Los Nets no pueden sino envidiarlos.
«San Antonio es el estándar de oro en la NBA», dijo el entrenador interino de Brooklyn, Tony Brown.
Un día después de destituir al entrenador Lionel Hollins y de mudar de puesto al gerente general Billy King, los Nets sufrieron su décima derrota consecutiva como locales.
Brooklyn ha perdido sus últimos cinco partidos en general.
«Nos topamos con un equipo demoledor», dijo Brown. «Ellos saben definitivamente cómo jugar juntos, y es algo que trataremos de hacer acá».
Kawhi Leonard añadió 17 unidades a la causa de los Spurs, que visitan este martes a Detroit antes de poner en riesgo su racha de 31 victorias consecutivas como locales el jueves, cuando recibirán a Cleveland.
También por los Spurs, el argentino Manu Ginóbili finalizó con nueve puntos, cinco asistencias y un rebote.
San Antonio (33-6) tenía una ventaja de siete puntos al intermedio antes de dominar en la segunda mitad, tal como lo hizo el 30 de octubre, en una victoria por 102-75 sobre los Nets. Esos dos triunfos ante Brooklyn figuran entre los 14 que los Spurs han conseguido por una diferencia de al menos 20 puntos en esta temporada.
En San Antonio, el liderazgo del entrenador Gregg Popovich y del gerente general R.C. Buford es tan importante como las contribuciones de los jugadores.
«Es constancia. No hay sorpresas», dijo Aldridge. «Uno sabe lo que debe esperar cada día y cada partido. Eso simplemente facilita el que uno haga su trabajo, seguro».
Los Nets cayeron a una foja de 10-28, horas después de que el dueño Mikhail Prokhorov dijo que el equipo necesitaba un «reinicio», aunque fuera a la mitad de la campaña. Nada pudo cambiar la situación ante los Spurs, los visitantes más recientes que se ganaron al público y consiguieron la victoria en Brooklyn.